viernes, 30 de octubre de 2009

El Estudio

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Casi ha transcurrido una semana sin que haya salido trabajo en el estudio. Ayer me presenté a dejar una pila, entré, caminé un par de pasos y todo me pareció tan ajeno, tan excluyente. No pude sentarme en el sillón o salir al balcón, permanecí de pié junto a la columna blanca. El estudio me ha dado, prácticamente, todo lo que hoy tengo. Le estoy infinitamente agradecido empero también me ha creado un sin fin de confusiones. A veces pienso que ser fotógrafo de moda es lo mejor, otras tantas de retrato, algunas ocasiones creo que haciendo books me puede ir bien. Pero sé que lo mío es traer cámara en mano y caminar, a diferencia de Jesús y Rock, no me resulta tan fácil crear fotos, pensar en algún concepto y llevarlo acabo. Hay gente que hace fotografías, y otros quienes tomamos fotografías. Para mí las fotos ya están, el mundo tiene tantas cosas por capturar, tantos momentos, personas y situaciones por documentar. Volver al estudio después de varios días fue muy revelador, fue triste, fue nostálgico, bueno y diferente. Aún no me apartaré pues me queda camino por recorrer, pero creo que comienza a ser tiempo de cambiar los engranes y girar hacia otro lado. El estudio ha sido mi casa, mi techo, ha sido mi escuela, mi juguetería y todo lo que hoy soy profesionalmente se lo debo a mis amigos (Jesús y Rock) y al estudio. Gracias.


Eduardo Islas

martes, 27 de octubre de 2009

Bee's Playground

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“Me miró dulcemente con una media sonrisa. ¿Cómo debe comportarse uno cuando una muchacha extraordinariamente bonita, una muchacha tan atractiva, te mira así? ¿Cómo sostener una cerilla, cómo encender un cigarrillo, cómo estar ante ella, cómo respirar? Eso son cosas que no enseñan en esta escuela. Y los que son como yo, en este tipo de situaciones desesperadas, sufren intentando ocultar los latidos de su corazón.”

La nueva vida. Orhan Pamuk







jueves, 15 de octubre de 2009

Mis Vecinos

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Día tras día llegan temprano a formarse, los más feroz al frente pero no caer en el error de menospreciar a los del final, pues si un camión escolar pasa al lado y por descuido o travesura algún niño se le ocurriera sacar un brazo seguramente terminaría sufriendo la perdida de algún dedo o en el peor de los casos, la mano completa.

Dominan el territorio desde lo alto. Vigilantes silenciosos, tan grandes, tan feroces, tan llenos de color y de energía, provoca pánico y asombro. Los dinosaurios de mi colonia parecen jamás extinguirse, son los mismos siempre. Si tuviera que alejarme de mi hogar por largo tiempo puedo estar seguro que ellos seguirán mostrando las lustrosas garras y los brillantes colmillos cada mañana. Siempre hambrientos, siempre dispuestos me recibirían con una macabra sonrisa.

lunes, 12 de octubre de 2009

Ngubi





El Amanecer de la Mujer Dormida



"Me acordé de que en un lugar del Sáhara vivía un escarabajo pequeño que los tuaregs llamaban ngubi. Cuando el calor aprieta, el ngubi, atormentado por la sed, quieres beber a toda costa. Por desgracia, no hay agua en ninguna parte; alrededor sólo aparece arena ardiendo. Así que, para poder beber, el escarabajo elige un montículo -puede ser la pendiente de un pliegue de arena- y, trabajosamente, empieza a encaramarse a la cumbre. Es un esfuerzo tremendo, un auténtico trabajo de Sísifo, pues la arena, tórrida y movediza, no para de escapársele de debajo de sus patitas, con lo que vuelve a mandarlo abajo, al comienzo de su tormentoso camino de galeote. Por eso, no pasa mucho tiempo antes de que el escarabajo empiece a sudar. En la punta de su abdomen aparece, y se hincha, una gruesa gota de sudor. Entonces el ngubi interrumpe la escalada, se encoge y sumerge su hociquito en aquella gota.

Bebe."

Ébano, Ryszard Kapuscinski

sábado, 10 de octubre de 2009

Remember when you where young...

"De mayor voy a aprender a ser pequeño" (Enrique Ortiz)

No tuve una mala infancia o no lo recuerdo así. Aprendí a hablar inglés antes que español pues vivía en NY. Al regresar nadie quería jugar conmigo, nadie me entendía y todos me apartaban, tenía tres o cuatro años.

Soy hijo único, o lo fui hasta los 15 años. Mi crecimiento fue aislado, desafortunadamente mi apellido ha sido mi estigma. Mis juguetes favoritos eran los rompecabezas y los legos. Nunca conviví mucho. Mi madre solía sacarme de la casa, cerrar la puerta . Me orillaba a jugar con los vecinos. Nunca fui de muchas palabras, tal vez por eso mi capacidad de observación y de escuchar se desarrollaron bastante bien.

Ahora tengo 26 años, las cosas han cambiado, la vida me ha enredado, me ha moldeado. Soy mucho más sociable, tal vez no como me gustaría, pero mi capacidad de observación aún se conserva. Soy fotógrafo, eso pretendo. Me cuesta mucho trabajo nombrarme así, no lo siento pero sé que el día llegará en el que orgullosamente lo diré.

La gente es el ingrediente principal en mi fotografías y la especia con mejor sazón son los niños. Lo inocentes, lo felices, lo contentos, lo sencillo, la fraternidad que tan fácilmente generan, la diversión, las grandes impresiones y dimensiones, la alegría, el ser, sólo ser, el sentir más que el pensar, el actuar, el vivir por el puro gusto de vivir.


Eduardo Islas















miércoles, 7 de octubre de 2009

Compañía Nacional de Danza presenta: La Bella Durmiente

Algunos ya habrán visto estas fotos pero pocos saben que fueron rechazadas cuando entregué el trabajo.

Una amiga me propuso realizar un retrato de Silvie Reynauld, directora de la compañía, para la revista XXXXX. Existen pocas ocasiones en las que salgo muy contento de un sesión, esta fue una de ellas. Guardé los archivos en un disco y lo entregué. Un par de días después marcaron a mi celular. Las fotos no había servido, no le gustaron a la editora, Silvie no refleja lo grande e importante que es. Lo sabía pues la había querido retratar de una manera casual, haciendo su trabajo, natural.

Perdí de vista el cliente, hice lo que quería hacer, no lo que necesitaban. La revista cerró, las fotos jamás se publicaron, yo tenía mucho tiempo libre así que seguí trabajando un poco más. Fue un trago muy amargo, me sentía bastante mal conmigo y con mi trabajo. No supe ajustarme a otras necesidades. Paradójicamente es uno de los trabajo que más me gustan. Aprendí mucho pero aún me cuesta trabajo complacer ciertos parámetros de belleza, me cuesta conciliar el gusto ajeno con el mío, tal vez soy egoísta, tal vez caprichoso. Si tengo plena libertad puedo desenvolverme fácilmente, pero de otra manera me siento con un tanque, que avanza muy lento, torpe y en una sola dirección.

Eduardo Islas


Estas dos son las fotos de Silvie en cuestión.
















lunes, 5 de octubre de 2009